🎺¡Saludos Aventurero!🎺
Soy un Heraldo de la corte.
¿Deseas que te cuente una gran historia?
Siendo así, en esta ocasión tengo el gusto de hablarte sobre un monje nacido en una región mágica muy particular llamada Jonia.
¿Listo para esta gran historia?
Todo comenzó en tierras Jonias hace mucho tiempo. En este escenario, un pequeño niño ansioso por aprender llego a un monasterio Shojin convencido de que un poder residía en él.
Allí, fue acogido por cada uno de los monjes del lugar, los cuales, sin embargo vieron en el joven Lee no solo un potencial asombroso como un monje defensor de la paz y la tranquilidad de Jonia, pues como dos caras de una misma moneda lo mismo que puede dar fin a una guerra puede también comenzarla. En ese sentido, los monjes del monasterio decidieron tomarse la enseñanza de su nuevo discípulo con cautela, lo cual poco a poco fue frustrando a Lee Sin hasta el punto de que empezó a fisgonearen en secreto los archivos ocultos del monasterio, de esta manera poco a poco fue aprendiendo sobre los reinos físico y espiritual volviéndose cada vez más fuerte.
No obstante, un día se encontraba el joven Lee Sin alardeando en el monasterio con sus técnicas a uno de sus maestros, en eso, el joven discípulo perdió el control sobre una de sus técnicas, lo que llevo a imprimir una patada con gran furia hacia su maestro.
Aterrorizado por lo que hizo, el joven Lee Sin partió en busca del perdón y un periodo de introspección para poder subyugar los sentimientos que le atan a la culpa por herir a su maestro, pues debido a su ambición por conocer y dominar las artes marciales y espirituales expuso a los suyos a un inminente peligro.
El joven monje Lee Sin, que habitaba en estas mágicas tierras partió entonces con gran vergüenza, dispuesto a vagar por todo el mundo hasta espiar su pecado llego a las tierras heladas de Fréljord, allí conoció a un hombre de apariencia salvaje que canalizaba los elementos e invocaba el espíritu de algunas bestias.
Poco a poco, Lee Sin y aquel hombre llamado Udyr empezaron a construir un fuerte vinculo, pues el monje tras ver los poderes de Udyr empezó a reflexionar si aquel poder que había encontrado en el monasterio y que residía en su interior, podía ser controlado tal y como el hombre de Fréljord lo hacia con los elementos y las bestias.
Tras un periodo de meditación y de búsqueda espiritual, Lee Sin invito a Udyr al templo de Shojin, aquel mágico lugar en tierras Jonias donde los monjes habrían aceptado como discípulo a Lee cuando era tan solo un pequeño.
Camino a casa, se corría el rumor por toda Runa Terra que las tropas noxianas habían invadido Jonia y que tras su llegada arrasaron con pueblos, monasterios y mercados.
Una vez llegaron a lo alto de las montañas Hirana en tierras Jonias, Lee Sin y Udyr encontraron sitiado el lugar, viendo de esta manera como los monjes de Hirana y de Shojin caían uno a uno ante la fiereza de las armas noxianas, cada uno de ellos era una parte importante de la cultura ancestral Jonia, pues en cada uno de ellos reposaban enseñanzas, tradiciones, amistades, artes y oficios que representaban el modo en el que se vivía y las creencias que por cientos de años habitaron Jonia y sus monasterios.
Sin pensarlo, Udyr acudió a la ayuda de los monjes invocando las fuerzas elementales que lo acompañaban, a Lee Sin por su parte lo invadía un sentimiento de melancolía al ver a sus amigos y maestros sucumbir por el acero de Noxus. Sin embargo, de un momento a otro una creciente fuerza salía de su interior, una energía en forma de llamas ardientes que rodearon su cuerpo prendiendo su cuerpo y quemando sus ojos.
El espíritu del dragón broto en cada uno de sus golpes y patadas, creciendo en fuerza e intensidad exponencialmente con cada movimiento, de manera tal que arraso con los soldados invasores que llegaron a perturbar la paz en Jonia.
Luego de la feroz batalla, Udyr, el hombre salvaje regreso a su tierra Fréljord, mientras que los monjes apaciguaron el espíritu del dragón que se desbordaba en Lee, pues cegado por la ira y el poder no solo había acabado con los invasores noxianos, sino que también estaba empezando a destruir edificaciones propias de su tierra.
Una vez que el espíritu del dragón se detuvo, los monjes agradecidos con Lee Sin absolvieron su pecado. Sin embargo, este al ver el resultado de sus acciones se dispuso ayudar a reconstruir su hogar en el que luego se quedaría como discípulo nuevamente de los monjes de Shojin.
Aún hoy, el monje Lee Sin continua fortaleciendo cuerpo, mente y espíritu, albergando el poder del dragón en su interior, y buscando proteger las criaturas de Runa Terra y de su tierra Jonia, continua aprendiendo de sus maestros y buscando controlar el poder del dragón para cuando el mundo necesite de su ayuda.
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